Las
Conversaciones Difíciles; Parte de la Vida
No
importa que tan hábil seamos hablando, las conversaciones difíciles siempre
serán un reto a vencer. Sabemos lo que es sentirse muy temerosos de herir a
alguien o de que nos hieran, sabemos también lo que significa sentirse
consumido por sentimientos de culpa por la forma en que nuestros actos han
afectado a otros, o a lo mejor por la forma en como nos decepcionamos de
nosotros mismos. Sabemos que aun con las mejores intenciones, las relaciones humanas pueden ser quebrarse o
enredarse y si somos honestos, nos damos cuenta también que no siempre tenemos
las mejores intenciones. Sabemos cuan frágil es
el corazón y el alma de modo que es mucho mejor tener metas que se puedan
concretar, eliminando el temor y la ansiedad. Parece poco realista pero reducir
el temor y la ansiedad y aprender a manejar será probablemente lo más
conveniente. Lograr resultados perfectos sin correr riesgos es algo que no
suele ocurrir, lograr mejores resultados dentro de algunas probabilidades es lo
más posible y eso basta para la mayoría porque si bien somos frágiles también
tenemos una notable capacidad de recuperación.
En
una conversación difícil se llevan a cabo tres conversaciones:
Analizando
cientos de conversaciones de toda clase y lugares descubrimos que existe una
estructura que subyace a lo que está pasando y entender esa estructura en si es
un poderoso primer paso en nuestro modo de manejar estas conversaciones; sin
importar cuál sea el tema, pensamientos, o sentimientos caben en las mismas
tres conversaciones y en cada una de ellas cometemos errores predecibles, que
distorsionan nuestros pensamientos y sentimientos y que al final nos vemos
envueltos en grandes problemas.
1.- La conversación del “que paso”.- Por lo general la
mayoría de las conversaciones difíciles implican un desacuerdo sobre lo que
paso y debió pasar... ¿Quién dijo que y quien hizo qué? ¿Quién tenía la razón?,
¿quién quería decir qué? y ¿quién tuvo la culpa?
2.- La
conversación de los sentimientos.- También en toda conversación difícil
surgen las siguientes preguntas y respuestas sobre los sentimientos: ¿mis
sentimientos son válidos y apropiados?, ¿ debo reconocerlos o negarlos,
ponerlos al descubierto o guardármelos?, ¿ qué hago con los sentimiento de la
otra persona?, ¿ qué pasa si se siente enojada o lastimada
3.- La conversación de identidad.- en este punto de
conversación cada uno de nosotros tiene consigo mismo lo que significa la
situación, auto cuestionamos si somos o no competentes, buenos o malas
personas, dignas de afecto o desagradables. La respuesta a estas interrogantes puede
ser de gran impacto para nuestra imagen y autoestima, nuestro futuro y
bienestar; determinaran en gran parte si nos sentimos equilibrados durante la conversación
o descentrados o ansiosos.
Toda
conversación difícil implica enredarse en estos puntos y que para manejarlas
con gran éxito es necesario aprender a desenvolvernos eficazmente en cada uno,
parece difícil hacerlo pero es más fácil que afrontar las consecuencias de
comprometerse a ciegas en conversaciones difíciles.
Debemos
recordar que hay cosas que podemos cambiar y otras que no podemos por más
hábiles que lleguemos a ser, pues nos seguiremos involucrando en situaciones en
las cuales desenredar lo que paso será más complicado de lo que pensábamos
inicialmente; cada persona tiene información que su oyente no tiene y hacer que
cada uno se informe no es fácil.
También
seguiremos enfrentando situaciones cargadas de emociones que nos harán sentir
peligro en nuestra identidad o sentirnos amenazados.
Lo
que si podemos cambiar es el modo como respondemos a cada uno de los retos en
lugar de averiguar qué información puede tener mi oyente, asumamos una actitud
de saber lo necesario para poder explicarnos constructivamente nuestros
sentimientos.
Mediante
la comprensión de los tres errores y de los estragos que producen podemos
empezar a trazar mejores métodos, aprendamos a explorar mejor las
conversaciones y así obtener mejores resultados en nuestras vidas, RECUERDE QUE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL NOS ENSEÑA QUE LA RAZON DEBE PRIMAR ANTES QUE LA EMOCIÓN.
Coach. César A. Roldán Zúñiga
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